Ebook Download Objetivismo: la filosofía benevolente (Spanish Edition), by Warren Orbaugh
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Objetivismo: la filosofía benevolente (Spanish Edition), by Warren Orbaugh
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Hay quienes confunden el objetivismo, que es un movimiento filos�fico, con el libertarianismo, pero en realidad son dos cosas diferentes. El objetivismo es un sistema filos�fico (iniciado por Ayn Rand). El libertarianismo no. El libertarianismo consiste en una postura pol�tica: en respetar el proyecto de vida del otro, en tanto �ste no viole los derechos de los dem�s. Varios sistemas filos�ficos coinciden en sus principios pol�ticos con este postulado. De tal manera que los libertarios pueden estar de acuerdo en este punto y diferir en otros principios. El libertarianismo no responde a preguntas como �de d�nde vienen los derechos? �C�mo lo sabemos? �Son necesarias y posibles las respuestas a esas preguntas para defender la libertad? Los sistemas filos�ficos son los que responden a estas preguntas. Un sistema filos�fico es un conjunto de principios que responden a nuestras inquietudes de �qu� es la realidad? �C�mo lo sabemos? Y seg�n las respuestas a lo anterior, �c�mo debemos actuar? �C�mo debemos interrelacionarnos con los dem�s? �Qu� es importante? A estas y muchas otras preguntas filos�ficas el lector encontrar� las respuestas en este libro.
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- Published on: 2015-07-09
- Original language: Spanish
- Number of items: 1
- Dimensions: 8.50" h x .93" w x 5.50" l, 1.04 pounds
- Binding: Paperback
- 372 pages
About the Author
Warren Orbaugh, Director del Centro de Estudios del Capitalismo de la Universidad Francisco Marroqu�n y Exdirector del Centro Henry Hazlitt de la misma instituci�n, es profesor de la Maestr�a de Filosof�a Objetivista en la Escuela de Posgrado, de Filosof�a de Mises en la Facultad de Ciencias Econ�micas, de Teor�a e Historia, de Dise�o Estructural en Acero, y Dise�o Arquitect�nico Avanzado, en la Facultad de Arquitectura.
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Tergiversaci�n y banalizaci�n de la filosof�a de Ayn Rand
By A is A
Este libro tergiversa completamente la filosof�a Objetivista de Ayn Rand, malinterpreta muchos conceptos fundamentales y agrega aspectos inexistentes en el Objetivismo, lo que es lamentable vista la enorme riqueza de esta filosof�a, dise�ada en su totalidad por la m�s grande pensadora desde Arist�teles.
Resulta dif�cil decidir por d�nde empezar a desmenuzar la enorme cantidad de errores y falencias que contiene este libro. Analizar� primero su contenido filos�fico y luego su estructura y su forma.
Orbaugh parte de la base que Objetivismo (ver definici�n correcta aqu� www.Objetivismo.org/que-es-Objetivismo) es un sistema filos�fico abierto; as�, se permite agregar un sinf�n de ideas que Ayn Rand jam�s pronunci�, muchas de las cuales no s�lo son banales sino que rompen la coherencia del sistema.
Dice Leonard Peikoff en “Fact and Value” (1989): “. . . Every philosophy, by the nature of the subject, is immutable. New implications, applications, integrations can always be discovered; but the essence of the system — its fundamental principles and their consequences in every branch — is laid down once and for all by the philosophy’s author. If this applies to any philosophy, think how much more obviously it applies to Objectivism. Objectivism holds that every truth is an absolute, and that a proper philosophy is an integrated whole, any change in any element of which would destroy the entire system.” Y destruir el sistema entero es lo que este libro hace.
Ayn Rand desarroll� minuciosamente siete virtudes: racionalidad, independencia, integridad, honestidad, justicia, productividad y orgullo, validando cada una de ellas en su esencia, mostrando en cada caso la relaci�n metaf�sica entre existencia y consciencia.
Para Orbaugh esas virtudes no son suficientes, y se permite introducir muchas m�s, en su mayor�a conceptos vagos sin relaci�n con Objetivismo ni con la filosof�a en general: determinaci�n, perseverancia, ambici�n, honradez, confiabilidad, sinceridad, fortalecimiento (�!), “florecimiento” (�!), limpieza (���!!!), etc.
Orbaugh define as� la virtud de la “generosidad”: “. . . estar dispuesto a proveer tiempo y bienes a otros sin esperar retorno definitivo, como ayuda en una emergencia o como una inversi�n no espec�fica en su potencial”. Esa definici�n evoca altruismo y desprendimiento, contradiciendo el ego�smo racional y el principio del intercambio voluntario desarrollados por Ayn Rand.
La virtud de la “benevolencia” (que le da el t�tulo al libro) – “. . . el h�bito de tener buena voluntad hacia los dem�s y respetarlos” – es indudablemente una cualidad deseable, entendida en t�rminos racionales y cuando no implica auto-sacrificio, pero supone basar esta filosof�a en la actitud de uno hacia terceros. “Objetivismo: la filosof�a benevolente” significa “Objetivismo: la filosof�a de buena voluntad y respeto hacia los dem�s”. �Es apropiado ese t�tulo para definirla? No. El est�ndar de la �tica Objetivista es la propia vida, no la vida de los dem�s.
La virtud de la “confiabilidad”: “. . . el h�bito de proyectar hacia los dem�s la seguridad de que uno honrar� la obligaci�n asumida, lo que les permite a los dem�s contar con uno” confirma el enfoque en terceros, no en uno mismo, destruyendo la coherencia del sistema.
Carezco de palabras para describir la enorme cantidad de soser�as que introduce Orbaugh al hablar de la virtud de la “limpieza”: explica c�mo se forma la suciedad en nuestro cuerpo (a trav�s de secreciones, descamaci�n cut�nea, etc.), los malos olores que ella genera, y las enfermedades que podemos pescar en consecuencia. Explica tambi�n c�mo debemos ba�arnos, por d�nde pasar la esponja, c�mo cepillarnos los dientes y c�mo limpiar nuestra casa. Este tema no compete en absoluto a la filosof�a en general, y menos a�n a Objetivismo.
La virtud del “fortalecimiento” es a�n peor. Orbaugh la define como “afanarse por conseguir ser fuerte, flexible, resistente, coordinado, veloz, de reacci�n r�pida, sim�trico y tener magnetismo f�sico”, y explica cu�l debe ser nuestra rutina de ejercicios, cu�nto debe durar, cu�ntas veces por semana repetirla; nos da consejos sobre nutrici�n, etc. Esto no s�lo no pertenece al �mbito de la filosof�a, sino que representa una peligrosa descripci�n de c�mo “debe” ser la fisionom�a del hombre y de la mujer. Dice: “El cuerpo ideal femenino consiste en estar sin exceso de grasa o flacidez. M�s bien debe tener buen tono muscular, con m�sculos bien formados y firmes sin verse musculada. Las piernas esbeltas con una ligera dilataci�n al frente y en la parte posterior de los muslos; los gl�teos bien redondeados con caderas midiendo aproximadamente lo mismo que el busto. . .” “El cuerpo ideal masculino consiste en tener hombros anchos y bien desarrollados con un cuello que se vea fuerte, pero que no sea muy grueso; m�sculos pectorales con la parte superior y lateral bien desarrollados, de manera que se vean cuadrados, pero no muy grandes; espalda con buena musculatura. . .”.
Que Orbaugh introduzca esos p�rrafos como parte de Objetivismo es alarmante, aberrante y peligroso. Est� describiendo al “hombre ideal”, con un cuerpo perfecto, como si la virtud dependiera del f�sico. Evoca teor�as de superioridad f�sica de ideolog�as totalitarias, y cualquier nuevo lector creer� que Objetivismo consiste en crear “superhombres”, con consecuencias catastr�ficas.
Si Orbaugh quer�a divulgar conceptos filos�ficos creados por �l, e introducir a su antojo aspectos no-filos�ficos, deber�a haber aclarado expl�citamente que esos aspectos no son Objetivismo, sino su opini�n personal. Eso es lo que hacen los m�s destacados intelectuales Objetivistas cuando opinan sobre aspectos no incluidos en esa filosof�a; pero Orbaugh da a entender que todo el contenido del libro, sin excepci�n, es Objetivismo.
El libro resulta pr�cticamente imposible de leer. Carece de estructura, tiene p�rrafos largu�simos y apartados interminables que abarcan varios temas, pero organizados como si se trataran del mismo; conceptos y definiciones se repiten constante e innecesariamente, desarrollando aspectos ya vistos como si nunca hubiesen sido tratados; cada cap�tulo y subapartado carece de cohesi�n con lo anterior y con lo posterior, como si de un copy-paste gigante se tratara; y tiene infinidad de errores ortogr�ficos y gramaticales graves que uno no espera encontrar en un libro de filosof�a (ni en ning�n otro).
Orbaugh no llega a explicar de forma organizada y entendible lo que realmente es Objetivismo. Unas veces ignora conceptos esenciales; otras deja de explicar conceptos que s� son esenciales, mencion�ndolos s�lo al final de su perorata, cuando en realidad deber�an ser lo primero a explicar, por ser la base para entender el resto. Al hablar de valores, por ejemplo, el autor no identifica de manera f�cil, clara y simple un concepto clave: la vida como valor fundamental y como fin en s� mismo; esboza una explicaci�n pero sin aclarar el concepto, de hecho generando m�s preguntas que respuestas.
Obviamente Orbaugh no comprende Objetivismo, lo cual explica su p�simo trabajo intentando ense�arlo. Su libro le hace un enorme da�o a Objetivismo porque lo pervierte, lo distorsiona y lo banaliza.
La primac�a de la libertad de expresi�n no es debatible. Si alguien quiere crear un nuevo sistema “filos�fico” que incluya consejos de aseo y de ejercicio f�sico, y si como parte de su “sistema” quiere incluir su interpretaci�n de los principios Objetivistas, adelante; nadie se opondr�. Pero utilizar el nombre de Ayn Rand y de Objetivismo para expresar sus opiniones personales, tergiversando los principios de esa filosof�a y alegando que le “faltan” cosas (que �l se atreve a agregar) es sumamente deshonesto.
Apliquemos esta cita de Ayn Rand: “There is nothing wrong in using ideas, anybody’s ideas. Provided that you give appropriate credit, you can make any mixture of ideas that you want; the contradiction will be yours. But why do you need the name of someone with whom you do not agree in order to spread your misunderstandings — or worse, your nonsense and falsehoods?”
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“I'm glad that you are not that acquainted with my philosophy
By Amazon Customer
En este libro, Orbaugh muestra y explica en un lenguaje claro y sencillo, las ideas hasta la fecha del Objetivismo, el sistema filos�fico cuyos principios b�sicos fueron establecidas por Ayn Rand. Incluye, adem�s de estos principios, las contribuciones de pensadores que han hecho importantes aportaciones, construidas y derivadas a partir de �stos. Entre estas, la naturaleza de la volici�n, de la auto-estima, y del amor rom�ntico por Nathaniel Branden; los principios epistemol�gicos sobre la evidencia de los sentidos por David Kelley y la teor�a de las proposiciones y naturaleza de la certeza por Harry Binswanger; los principios de la inducci�n por Leonard Peikoff y David Harriman; la virtud de la benevolencia por David Kelley y Nathaniel Branden; el desarrollo en detalle de las virtudes e implicaciones y derivaciones que Rand menciona, por Craig Biddle y Tara Smith; la elaboraci�n de la base moral del Capitalismo de Andrew Bernstein; y los principios del libre mercado por George Reisman. Muestra adem�s el contexto de ideas que el Objetivismo critica y corrige, para ayudarle al lector a comprender mejor las sutilezas de las discusiones filos�ficas.
El t�tulo nos recuerda una caracter�stica importante de la filosof�a Objetivista como se propuso en la primera presentaci�n de �sta como un sistema integrado: The Basic Principles of Objectivism. �ste fue un curso de veinte conferencias presentado y creado por Nathaniel Branden en el Nathaniel Branden Institute, desde 1958 a 1968. El curso empieza con The Role of Philosophy (El Papel de la Filosof�a), y culmina con la lecci�n veinte: The Benevolent Sense of Life (El Sentido de Vida Benevolente). En la conclusi�n del libro, Orbaugh explica que el Objetivismo proporciona este sentido de vida: el de un universo inteligible, donde la vida del individuo es un valor y es consecuencia de la acci�n exitosa, donde se valora la raz�n como el instrumento que identifica la realidad y le permite al hombre sobrevivir, donde la conducta �tica es para vivir y disfrutar, donde uno se acerca a los dem�s con la expectativa de que ser�n racionales, donde las interrelaciones entre individuos son en base al respeto mutuo de sus derechos y con el prop�sito de intercambiar valor por valor. El Objetivismo presenta una afirmaci�n de las posibilidades de la existencia, una glorificaci�n del potencial humano y de las posibilidades de la vida exitosa y feliz en la tierra.
Orbaugh muestra que quienes consideran que el ego�smo racional es un ego�smo arisco e insociable, que consiste en victimizar y explotar c�nicamente a los dem�s se equivocan. �stos, quienes no han entendido el Objetivismo, confunden la benevolencia con el altruismo, y por eso, no conciben que el ego�sta racional pueda ser benevolente. El ego�smo racional como lo define Ayn Rand, nos indica Orbaugh, consiste en actuar en base a un razonamiento correcto, que identifica lo que es de inter�s objetivo para el agente con el prop�sito de florecer. La benevolencia es la virtud que busca alcanzar la cooperaci�n social, tan necesaria para vivir una buena vida. De hecho, Ayn Rand era una persona muy benevolente y generosa. Ella don� dinero al Studio Club en Hollywood para ayudar a j�venes talentosas que empezaban sus carreras y no dispon�an de fondos. Tambi�n contribuy� a la fundaci�n para comprar armamento para Finlandia. Bec� a su sobrina pol�tica, Docky Sutton, para que terminara sus estudios en Boston. Y Leonard Peikoff relata como era de generosa con su tiempo para explicar a j�venes interesados, complicados aspectos filos�ficos.
En cuanto a la benevolencia como virtud, aunque Rand no le dedic� tanta atenci�n como a la virtud de la racionalidad, le dedic� un cap�tulo en La Virtud del Ego�smo, “La �tica de las Emergencias” donde pone:
“�Qu� es, entonces, lo que se puede entregar apropiadamente a los desconocidos? El respeto y la buena voluntad que se deben en general a todo ser humano en nombre del valor potencial que representa, hasta tanto y en la medida en que lo merezca.”
Nathaniel Branden ampl�a sobre este principio en su art�culo “La benevolencia contra el altruismo” publicado en The Objectivist Newsletter de julio de 1962.
Quienes insisten, como algunos que critican el libro de Orbaugh, en que el Objetivismo es s�lo la filosof�a que cre� Ayn Rand, contradicen la evidencia. �Qu� son las aportaciones de Nathaniel Branden que son parte de los libros sobre Objetivismo? �Qu� es el art�culo “The Objectivist Theory of Volition” de Branden publicado en The Objectivist de enero y febrero de 1966? Y, los cap�tulos “�No somos todos ego�stas?” y “La psicolog�a del placer” de Branden en La Virtud del Ego�smo, �qu� son? Y el cap�tulo “La dicotom�a anal�tico-sint�tica”, por Peikoff, en Introducci�n a la Epistemolog�a Objetivista, �qu� es? Y el art�culo “The Primacy of Existence” de David Kelley, publicado en The Objectivist Forum, �qu� es? �Son �stos parte del Objetivismo o no lo son? �Por qu� aparecen en publicaciones sobre Objetivismo si no son Objetivismo? Fingir que estos pensadores no aportaron nada al sistema es una gran injusticia.
Por otro lado, sostener que Objetivismo es s�lo lo que Rand propuso, da�a al Objetivismo como sistema, conden�ndolo a estar incompleto por siempre, pues no se podr�a elaborar ni agregar aquello que le falta. Rand no elabor� sobre la inducci�n, ni sobre la epistemolog�a de las proposiciones, ni sobre la aplicaci�n de la racionalidad a la acci�n de conseguir y conservar aquellos valores que dan origen a las virtudes impl�citas y derivadas de la racionalidad, ni a la est�tica con respecto a la m�sica ni a la arquitectura, ni a otros temas m�s. Rand estaba consciente de que a�n faltaba mucho por hacer, que faltaban muchos aspectos que cubrir. En la entrevista que le hiciera Garth Ancier de Focus on Youth, en 1978, Ayn Rand dijo:
“I'm glad that you are not that acquainted with my philosophy, because if you were, you would know that I haven't nearly said everything yet. I do have a complete philosophical system, but the elaboration of a system is a job that no philosopher can finish in his lifetime. There is an awful lot of work yet to be done”.
[Objevtively Speaking: Ayn Rand Interviewed, edited by Marlene Podriske and Peter Schwartz, p. 239]
Ella valor� las contribuciones que hicieron aquellos cuyos escritos incluy� en sus publicaciones. Incluso continu� valorando el trabajo de Branden despu�s de que se pele� con �l. Nunca borr� sus ensayos de sus antolog�as. Nunca abjur� de sus contribuciones mientras �l estuvo asociado con su filosof�a, y de hecho, las consider� como parte del corpus del Objetivismo, a�n despu�s de su ruptura con �l. Con respecto a lo que se pod�a considerar como fuentes aut�nticamente Objetivistas, Rand declar� en su columna de los Angeles Times del 26 de agosto de 1962 lo siguiente:
“Please take the following as an official ‘Public Notice’. The only authentic sources of information about Objectivism are: My own works. Who is Ayn Rand? By Nathaniel Branden… The Objectivist Newsletter… The lecture courses on Objectivism given by Nathaniel Branden Institute… and the publications of that Institute.”
Entonces, �son o no son Objetivismo las contribuciones de los autores que escribieron en estos medios que en esa fecha divulgaban las ideas Objetivistas?
Y �qu� hay de los autores que escribieron para contribuir a las ideas del Objetivismo en las publicaciones de Rand, una vez ella estuviera muerta? �Qu� son sus escritos, ahora aprobados por el Ayn Rand Institute? �Son Objetivismo o son otra cosa? �Cu�l es el criterio para establecer si una teor�a que complementa lo que Rand propuso es Objetivismo o no? �Es el criterio, que Ayn Rand lo diga, o que ella lo apruebe, o que la teor�a sea objetiva, es decir, que describa la realidad por medio de la l�gica? En “A Message To Our Readers”, del Objectivist Newsletter de abril de 1965, Branden pone:
“In the future, when Objectivism has become an intellectual and cultural movement on a wider scale, when a variety of authors have written books dealing with some aspect of the Objectivist philosophy –it could be appropriate for those in agreement to describe themselves as “Objectivists.””
Ese futuro del que habla Branden es ahora. Las contribuciones incluidas por Orbaugh son aquellas que por a�os se han presentado y discutido en los Congresos Objetivistas del Ayn Rand Institute (OCON). Resume el libro de Orbaugh, los libros que recomienda al final de su libro, y que pueden comprarse en el Ayn Rand Institute.
Por eso recomiendo este libro para quien quiera conocer el Objetivismo como se discute actualmente, y que si decide ir a OCON, entienda los t�picos que se discuten como si siempre hubiese asistido a las conferencias.
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Una aportaci�n valiosa
By Luis Figueroa
“Objetivismo: la filosof�a benevolente”, por Warren Orbaugh no es la repetici�n de lo que dijo, o escribi� Rand. Eso no hace falta. El libro integra aportaciones de otros estudiosos del objetivismo y abre brecha con nuevas perspectivas. Contribuye a materializar el objetivismo como un movimiento vivo (en oposici�n a la momia intelectual anquilosada que algunos quisieran que fuera).
Este libro resume e informa -a partir de los principios que estableci� Ayn Rand- acerca de las derivaciones y aportaciones sobre temas que ella no abordo; por ejemplo: Rand no se ocup� de la validez de los sentidos, ni abund� en la idea del ser humano como ser vivo y de conciencia volitiva. Hac�a falta construir sobre lo que dej� la fil�sofa.
En epistemolog�a Rand estableci� una teor�a de conceptos; pero no una de proposiciones, ni abord� la funci�n cognitiva de las proposiciones, lo que s� ha hecho Binswanger. Rand tampoco abord� el tema de la inducci�n, lo que s� han hecho Peikoff y Harriman y al primero le debemos la dicotom�a anal�tico-sint�tica.
En cuanto a �tica, Rand estableci� un sistema con los principales valores y virtudes, pero Tara Smith y Craig Biddle han enriquecido lo escrito por Rand al contrastar el objetivismo con otras corrientes �ticas; y han ampliado el concepto de florecimiento. A partir la virtud de la racionalidad es posible la derivaci�n de otras virtudes al mostrar c�mo es que estas son la racionalidad aplicada en aspectos espec�ficos para conseguir una vida pr�spera y feliz (que es el florecimiento). Tal es el caso de pr�cticas como la higiene personal y el fortalecimiento del cuerpo mediante el ejercicio. Tal es el caso de la prudencia, tambi�n.
El tema de la benevolencia es una virtud que Rand no desarroll� en sus escritos de no-ficci�n, pero que mostr� en “El manantial” y en “La rebeli�n de Atlas”; por ejemplo, Roark fue generoso con Mallory; y Dagny le dio US$100 (�de 1950!) a un vagabundo.
Otra aportaci�n del libro es sobre los derechos individuales cuya teor�a es comparada con las de otros fil�sofos para ilustrar mejor la aportaci�n de Rand.
En materia de econom�a, el libro de Orbaugh explica muy bien el sistema de precios y ayuda mucho a entender c�mo funciona el mercado, desde la perspectiva del objetivismo.
En su obra, Orbaugh sabe explicar, dar ejemplos y aclarar con una pluma que invita a profundizar y a seguir leyendo no s�lo a quienes ya hemos tenido contacto abundante con el objetivismo; sino –y esto es muy importante– para aquellos que est�n aproxim�ndose.
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